Lima, 9 de agosto 2013

Estimados/as.

Mediante la presente carta voy a responder al correo enviado por la Directora Cultural de la Cámara Peruana del libro, Doris Moromisato, sobre lo ocurrido el 4 de agosto en la Feria del Libro.

En su carta, Moromisato señala que mi editor, Arthur Zeballos, nos ha mentido a ella y a mí, y tendido “una trampa para conseguir una última noticia”. Es decir, para Moromisato lo ocurrido se reduce a un malentendido en el cual Zeballos miente buscando prensa. Señala, además, que la censura “jamás existió” y que a nadie se le “coactó dentro del recinto ferial, ni fue declarado persona no grata”.

En su respuesta, mi editor señala exactamente lo que me fue comunicado ese día en la Feria, motivo por el cual no se pudo llevar a cabo el evento, y que contradice abiertamente la versión de Moromisato:

1) Sin que Zeballos mencione mi nombre, la Directora le niega la mesa aduciendo que el día anterior yo había estado firmando libros en el stand junto al escritor mexicano Alberto Chimal. FALSO. Según Zeballos —en quien confío como mi editor— esta es la primera flagrante mentira que Moromisato oculta en su carta: no firmé libros ni ahí ni en ningún lado. Chimal es amigo mío desde hace mucho tiempo. Fui a saludarlo. Hay testigos de lo ocurrido esa noche empezando por el propio Chimal. Cuando Arthur lo niega, Moromisato formula la escalofriante respuesta que uno esperaría del gendarme de un régimen totalitario: “firmó” y ella lo sabía porque “tenía mil ojos” en la Feria.

2) Moromisato afirma, además, que nadie ha sido declarado “persona no grata” en la Feria. FALSO. No solo tuvo el empacho de decirle a Zeballos que yo era “persona no grata”, sino que, además (y de esto me enteraría después), el día anterior —según consta en el testimonio que les adjunto al final como Apéndice 1— había expresado exactamente lo mismo en el evento realizado por la Municipalidad de Puerto Supe. Les pido, por favor, que lean atentamente la carta del poeta y editor Víctor Ruiz Velazco en la cual detalla la manera como, por orden directa de Moromisato, sabotearon su presentación bajándole el volumen al micro cuando intervenía de invitado. Además de eso, Moromisato amenazó a los organizadores del evento, Juan y John López, con no volver a darles fechas en la Feria, e increpó a la anfitriona a cargo por la presencia de Ruiz Velazco en el estrado aduciendo que tanto él, como otro poeta peruano y yo, éramos “personas no gratas” en la FIL. Lo dicho por Moromisato tiene de testigos a los López. Lo dicho por los López tiene de testigos a Ruiz Velazco y al poeta Mario Pera. ¿Cómo, entonces, Moromisato afirma en su carta, muy suelta de huesos, que ni se censuró ni se coaccionó ni se declaró “persona no grata” a nadie? El hecho de bajar el micrófono a uno de los ponentes porque había criticado a la CPL que ella representa, ¿no constituye, acaso, una expresa agresión a la libertad de expresarse libremente de esta persona? ¿No nos recuerdan estas acciones las tácticas fujimontesinistas en la época de la dictadura? Y si Moromisato amenaza a los organizadores con quitarles fechas de la feria por haber invitado a alguien incómodo para la CPL, ¿sería descabellado imaginar que podría emplear el mismo nefasto autoritarismo para conseguir que cualquier editor y/o librero actúe y declare según sus necesidades so castigo de afectar su presencia en la próxima FIL, su membresía en la Cámara y sus libros en los estantes de las tiendas como Crisol? ¿No es acaso esa la dictadura perfecta para tener aterrorizados a los libreros, como señala el periodista Gustavo Gorriti en reciente entrevista con Rosa María Palacios?

3) Moromisato señala, en su carta, que la única razón para negarle la mesa a Zeballos fue una indicación de seguridad de parte de Defensa Civil. A mí no se me comunica esto en ningún momento y a Zeballos, según me cuenta, tampoco. Aquí la pregunta es muy simple: si la única razón para negar la mesa tiene que ver con la seguridad de los asistentes, ¿por qué Moromisato no se limita a decirlo? No hay mesa para nadie, es peligroso. Punto.

4) Ella, sin embargo, admite en su carta un diálogo con Zeballos. El contenido del diálogo ya ha sido revelado tanto por ella como por mi editor. Ahora, bien, ¿qué extraña e imperiosa necesidad tenía Moromisato para, en ese preciso momento, expresarse de mí de esa forma? Moromisato no se encontraba en un bar ni en la calle ni fuera del recinto en el cual trabaja. Por el contrario, lo dijo en su horario y lugar de trabajo como Directora Cultural de la Cámara y, por lo tanto, siendo la representante de la institución para la que labora (y no cualquier representante), sus opiniones y sus actos son vinculantes a la Cámara. Cuando ella habla en esas circunstancias, habla la Cámara, así de simple. Si Moromisato declara a Diego Trelles Paz “persona no grata”, al ser representante de la CPL, la Cámara también lo está haciendo.

5) Estos son los hechos puntuales que impiden que yo pueda realizar la firma de libros. A mí se me veta, se me impide tácitamente tener las facilidades mínimas para llevar este evento con toda normalidad. La excusa para negar la mesa hubiera estado dentro de los cauces de lo normal y entendible, si Moromisato se hubiera limitado a señalar las indicaciones de Defensa Civil, sin embargo, lastimosamente, la Directora de la CPL no guardó ni la compostura ni el debido protocolo que le exige su puesto, y prefirió agredirme declarándome “persona no grata” en el preciso momento en que se le solicitaban las facilidades para realizar la firma. En esas condiciones, amigos, por un asunto de falta de logística necesaria y por sentirme ofendido ante este innecesario maltrato, señalé lo que he dicho desde el primer momento: no me dejaron hacer la firma de libros en la Feria y, a través de su directora, fui declarado “persona no grata” por la Cámara Peruana del Libro.

Como señalé al inicio de este texto, de la manera como Moromisato presenta los hechos  acusando a mi editor de mentiroso, me pone a mí y, por ende, a todos los lectores, en el lugar en el cual tenemos dos versiones y alguien que no está diciendo la verdad. Yo, desde luego, confío absolutamente en Arthur Zeballos: en el tiempo que lo conozco, Arthur se ha comportado como alguien sumamente confiable, solidario y honesto. Moromisato señala que Zeballos nos miente y a mí me cuesta tremendamente creerle por una serie de actos que, desde mi punto de vista, ponen en serio cuestionamiento su credibilidad y, precisamente —vaya ironía— su “calidad moral”. Voy a enumerarlos brevemente.

1)   La Cámara del Libro, a través de mi editor de Planeta, me extendió una invitación a la 2da Feria del Libro de Trujillo en marzo de este año. Querían que presente Bioy y acepté. El problema logístico surgió cuando los de la Cámara, a diferencia de otros autores que iban desde Lima, se negaron a pagarme el pasaje en avión. Desistí de la invitación y ahí quedó todo. Sin embargo, unos días después Petro Perú se ofreció a pagarme la estadía y el pasaje en avión para presentar a los ganadores del Premio Copé, del que yo había sido juez. Acepté. El día que llegué fui directamente a la Feria y vi, con absoluta conmoción y sorpresa, cómo se me había programado para presentar Bioy en la Feria sin ninguna consulta ni llamada ni mail ni nada parecido. Cuando llegué, ya había gente en el auditorio esperándome y tuve que hacer la presentación. Moromisato, que era la encargada del programa de la Feria de Trujillo, se había aprovechado de mí con total impunidad.

2)    En la Feria que acaba de terminar, cuando ya se había elaborado el programa correspondiente, los escritores participantes fuimos sorprendidos con la ingrata noticia de que la CPL había decidido otorgarle un reconocimiento público a la periodista Martha Meier Miró Quesada por su, más que cuestionable, contribución a la cultura y fomentar lectura a través del Dominical de El Comercio, empresa que —no está de más decirlo— era auspiciadora oficial de la FIL. La reacción contra este reconocimiento a una persona que había “sido decisiva para empobrecer la cultura cívica”, fue rotunda y contundente, a través de una carta que firmamos 240 escritores. ¿Por qué se le daba este reconocimiento público a alguien cuya trayectoria cultural era más que pobre? ¿Cuál era el posible nexo entre Meier Miró Quesada y la CPL para que este se expusiera a la vergüenza y al rechazo público con tan descabellado homenaje? La posible respuesta, además del apoyo financiero que daba El Comercio, estaría en el documental-homenaje que Meier dirigió basado en un libro de Moromisato. Es decir: el reconocimiento parecía reducirse a un intercambio de favores personales. Lo curioso surge cuando, ante la andanada de críticas, Moromisato manda un mensaje al escritor Iván Thays señalando que en la Feria se celebrarían “los 60 años de El Dominical de El Comercio, brindando un Reconocimiento (no homenaje, como mal están mencionando) a la periodista Martha Meier Miró Quesada, que […] desde que está dirigiendo el periódico nos ha apoyado como nadie tiene idea…” Y es particularmente curioso porque, a diferencia de lo que declara Moromisato, en el catálogo se puede leer claramente que se trata de un “RECONOCIMIENTO A MARTHA MEIER MIRO QUESADA por su contribución a la cultura y aliada en el fomento de la lectura a través de El Dominical de El Comercio.” Si se celebraban los 60 años del Dominical, ¿por qué, entonces, el catálogo señala claramente que el reconocimiento es para Meier Miró Quesada? Y si el homenaje era para el suplemento cultural, ¿por qué no se invitaba a todos los ex directores para celebrarlo con ella? ¿O será que Moromisato cambió y acomodó la versión de lo ocurrido por todas las críticas recibidas que consiguieron, sobre el final, que Meier Miró Quesada recibiera el “reconocimiento” en privado? ¿Es fiable y “franca” una persona que hace estas cosas?

3)   ¿Debería sorprender, a estas alturas, que en el Festival de Poesía Perú-Chile celebrado en 2007 en Santiago de Chile fuera Doris Moromisato la única poeta que se negó a firmar la “Carta Abierta a al Opinión Pública” (ver Apéndice 2, por favor) en la que un total de 30 poetas, entre los que estaban Rodolfo Hinostroza, Raúl Zurita, Carmen Ollé y Jorge Frisancho, le pedían al Gobierno de Chile y a sus autoridades judiciales hacer procedente el pedido de extradición del prófugo ex presidente peruano Alberto Fujimori, detenido en Chile desde fines de 2005?

Antes de terminar esta carta, me gustaría ser puntual respecto a uno de los temas que, tanto Moromisato como otras personas, han expresado respecto a mi decisión de participar en la Feria del Libro de este año. Como he dicho anteriormente, y como habíamos quedado con algunos de los escritores firmantes de la carta, quedaba en cada  uno el participar o no en el evento. Hubo quienes se abstuvieron por completo aunque no fueron la mayoría. Hubo quienes, como yo, decidimos expresar nuestro rechazo tanto desde fuera (con la carta y con todos los post que he subido para denunciar todas las irregularidades cometidas por la CPL) como desde dentro. Yo lo hice de esa forma en la mayoría de mis presentaciones: expresando en voz alta mi disconformidad tanto al homenaje a MMQ como a la censura que se ejerció contra el blog Lee por gusto de Perú 21. Esto, de ninguna manera, Srta. Moromisato, me convierte en alguien que “repudia lo que disfruta a la vez”. Y es que, no solo por la manera en que se ha conducido sino por lo que expresa, usted parece creer que la Feria del Libro le pertenece. No, Srta. Moromisato, se equivoca: que yo repudie públicamente el controversial trabajo que viene haciendo al frente de la Cámara Peruana del Libro, de ninguna manera, significa que me inhiba de reivindicar LUCHANDO DESDE DENTRO un espacio cultural que no les pertenece ni a usted ni al señor Carbajal para el cual trabaja y que, como todos sabemos por las denuncias de IDL Reporteros, es severamente cuestionado y al cual se le atribuyen casos de corrupción que varios medios de comunicación han denunciado, como es de conocimiento público.

Cierro esta carta agradeciendo, de nuevo, las muestras de apoyo de tantísima gente y dejándoles una pregunta que, a estas alturas, considero pertinente: ¿Lima se merece una Feria del Libro dirigida por gente que, en vez de proteger a sus escritores, los agrede, los declara “persona no grata”, los censura y, abusando de su enorme poder, según parece, amedrentaría libreros, editores, y a todo aquel que dependa de esta Feria para vender sus libros? Recordemos que no se necesita recurrir al uso de la fuerza física para ejercer actos de censura. ¿La Feria del Libro de Lima merece estar dirigida por alguien tan cuestionada moralmente como Doris Moromisato? Porque, finalmente, y esto es lo realmente triste, es a Moromisato a quienes los editores y escritores debemos acudir para pedir un espacio en la Feria del Libro, es ella y solo ella quien decide quién se presenta y quién no, a qué editorial nueva se le da un stand y a cuál no, a quién, finalmente, para que quede esto claro, se le facilita una mesa para una firma de libros, y a quién no.

Atentamente,

Diego Trelles Paz

DNI 10770076